viernes, 9 de julio de 2010

Semifinales: La "orange" logra una cita con la historia.

Las miradas de millones de aficionados al fútbol se posaban sobre los seleccionados en el terreno de juego, elegidos para participar en una batalla. El premio, un pase para la final de Sudáfrica 2010, el último escollo hacia la gloria, concedida por la FIFA cada cuatro años. Sólo un país, un equipo formado por jugadores, entrenadores, cuerpo técnico y miles de seguidores lo conseguirá. La historia únicamente recordará a los vencedores. Holanda y Uruguay se presentaron en el Cape Town Stadium como candidatas a disputar la anhelada final mundialista. Algunos dirán que gracias a la suerte, ya que Ghana malogró de manera increíble su oportunidad para llegar a disputar este partido. Holanda, aunque bajo otras circunstancias, también se presentaba al choque tras dar la sorpresa ante la Canarinha.

Dos selecciones, que como por arte de magia se las presentaba una oportunidad fundamental para tratar de hacer historia. Los uruguayos quizás preludiaban mayores dificultades de cara al encuentro debido a las ausencias. Las providenciales manos de Luis Suárez habían supuesto la sanción del mismo. El delantero del Ajax ha demostrado en Sudáfrica sus magníficas capacidades futbolísticas y hasta ahora se había consolidado como el acompañante perfecto para Forlán. Fucile y Lugano también serían bajas por lesión. Sonaba el pitido inicial y Uruguay tomaba la iniciativa, con un buen planteamiento defensivo por parte del seleccionador Tabarez.


Los holandeses parecían no encontrar espacios en la zaga celeste, Van Bronckhorst lo sabía y probó fortuna desde lejos. Y entonces apareció la magia. Un tremendo zapatazo salió de sus botas. Desde la banda izquierda, a 40 metros de distancia, salía disparado un misil que perforaría la escuadra derecha de la portería uruguaya. La estirada de Muslera sirvió para poco. Sin duda alguna, el mejor tanto de este Mundial. Holanda se adelantaba en el marcador y los planes de Tabarez se transfiguraban. Uruguay debía atacar, y pronto ante la amenaza de jugadores como Robben o Sneijder. Si los tulipanes incrementaban aún más su ventaja se antojaba muy difícil una remontada.

A pesar de ello, los de Van Marwijk siguieron acorralando a la zaga celeste. Mucho tuvieron que sufrir los uruguayos para defender su área ante la insistencia holandesa. En los minutos finales de la primera mitad, Uruguay terminaría algunas jugadas con peligro. Una vez más, Forlán sería el héroe de su selección, e igualaría el electrónico con otro golazo desde la medular del área. Quizás el esférico hiciera un extraño para Stekelenburg, pero lo cierto es que podría haber hecho al más. Uruguay empataba el partido justo antes de irse al descanso.

Durante la segunda mitad saldría Van der Vart para aportar un poco en el aspecto ofensivo. Holanda volvería a retomar las riendas del partido, peró afloró un problema que parece ser una de las tareas pendientes para van Marwijk. Y es que Holanda, a pesar de tener unos jugadores con gran técnica, es incapaz de crear un juego fluido en la zona central del campo, encomendándose demasiado a las acciones individuales de su gran estrella, el extremo del Bayern, Robben.


Pero el gol finalmente llegó, y en el min 73 un tiro de Sneijder rebotaría en un defensa uruguayo, que deviaría la trayectoria del balón hacia el palo derecho. La pelota entraba en la portería in extremis, y Holanda parecía acariciar la final. Un centro de Kuyt cabeceado de manera perfecta por Robben remataba la faena, y dejaba a Uruguay prácticamente eliminada. Los minutos siguientes serían un asedio constante de los tulipanes, que desperdiciaban una ocasión tras otra, conscientes de que el encuentro estaba salvado. Aun así, todavía habría tiempo para dar un pequeño susto por parte de los uruguayos, que prácticamente en el descuento un disparo con rosca de Maxi Pereira acortaba distancias. El tanto parecía sólo honorífico, pero lo cierto es que Uruguay, con Forlán a la cabeza lo intentó hasta el último instante. Finalmente el colegiado señalaba el final del encuentro.


Holanda tras años de espera, había conseguido tener una oportunidad para ganar un Mundial. En frente les espera España, un cojunto capaz de desplegar un juego que parece haber sido traído del cielo. Sin duda, los flamencos sufrirán ante la que puede coronarse la mejor selección del mundo. Esperemos que su espera para alcanzar la gloria del panorama futbolístico tenga que alargarse unos años más. Ahora nos toca disfrutar con el partido más importante que se encuentran ante sí las dos selecciones. La historia sólo recuerda a uno...y los españoles queremos hacer historia...

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