martes, 29 de junio de 2010

octavos de final: Argentina 3-1 México. Dos errores hunden a los aztecas.



Han comenzado los octavos de final. Ya no hay marcha atrás, ahora los seleccionadores, jugadores y aficionados de sus respectivos países se lo jugarán todo a un sólo partido. Ya no vale mirar hacia delante, pensar en oportunidades para enmendar los posibles errores surgidos, buscar excusas....de ahora en adelante, el que pierde hace las maletas para ver desde su casa el camino de los demás hacia la gloria.


Así es el fútbol, un deporte que mueve pasiones. Un fenómeno que abarca mucho más que una simple victoria o derrota. A veces incluso aparece en él la poderosa figura del destino, del azar o suerte, otorgando la victoria en algunas ocasiones a aquellos que hicieron todo lo posible para conseguirla. Otras veces a la inversa, siendo injusto. Pero hay ciertos elementos mucho más temidos en el mundo del balompié: Los árbitros.




Y es que pueden llegar a ser mortales para un equipo, con sus decisiones a menudo incoherentes. Esto es inevitable, pues todo el mundo tiene derecho a cometer errores....el problema surge cuando dichos errores son suficientes para influir sobre el resultado de un partido, disputado por dos selecciones que se lo juegan todo en esa cita.


La segunda jornada de octavos de final suponía para muchos mexicanos y argentinos como el comienzo de su verdadero mundial. México se enfrentaba a Argentina con cierto aire de revancha, tras ser eliminados por los mismos en Alemania 2006.


Lo cierto es que el conjunto dirigido por Javier Aguirre salió al campo con agresividad y buen juego, situándose la balanza muy equilibrada. La movilidad del esférico incluso recaía en los aztecas."Chicharito" Hernández llegaría a crear una ocasión de peligro que ensalzó las grandes dudas surgidas en torno a la zaga albiceleste. Carlos Salcido estrelló un balón en el larguero a los 8 minutos y Andrés Guardado rozó el palo derecho de Romero al siguiente.

Pero los de Maradona pronto se adelantarían con una jugada de picardía por parte de Tévez. Una precipitada salida de Pérez bajo palos facilitaba un rechace hacia Messi, y este a su vez ponía el balón en bandeja para ser cabezeado por el Apache en fuera de juego. El tanto subió al marcador, ante la indignación de los mexicanos, que fueron inmediatamente a reclamar la decisión del juez de línea. La jugada se pudo ver repetida incluso en los videomarcadores instalados en el estadio, pero aún así Argentina se adelantaba 1-0. La actuación del colegiado encargado de arbitrar el Alemania-Inglaterra parecía planear sobre Johannesburgo de nuevo.


Minutos más tarde, un error garrafal de Ricardo Osorio a escasos metros del área terminaría por hundir a los de Aguirre. El “pipita” Higuaín aprovechaba su pase errado para recortar a Pérez con calidad y anotarse el segundo tanto para Argentina.



Los sentimientos de todos los mexicanos se podían recopilar en la expresión de su seleccionador, atónito antes dos errores inesperados, uno arbitral y el otro causado tal vez por las circunstancias, pero definitivamente hiriente que suponían para la “tri” un reto prácticamente imposible. Evidentemente se antojaba improbable una remontada ante los favoritos, pero quedaba tiempo y en el fútbol la esperanza es lo último que se pierde.

Se podría decir las protestas y verse abajo en el marcador sacaron a México del partido. Márquez vio una amarilla y el equipo, hasta ese momento bien plantado en el campo, se desdibujó.


La salida de Pablo Barrera por Adolfo Bautista en el descanso dio más profundidad al juego de los aztecas, dando trabajo a la zaga albiceleste. Las llegadas cada vez más peligrosas de México suponían todavía un atisbo al que agarrarse, pero la falta de puntería fue fundamental para el golpe definitivo.

Tévez, que esta realizando un espléndido Mundial, volvía a actuar como verdugo, y tras revolverse en la medular del área, dirigió un tremendo zapatazo hacia la escuadra.

Argentina había terminado de derribar a su rival, y se veía en cuartos sonando fuerte, como una de las grandes candidatas a llevarse la copa del mundo gracias a su poderío en la delantera.


Un último empujón por parte de “Chicarrito” Hernández permitía establecer el gol de la honra para México, y la amargura sugerida por los errores al principio del encuentro. Probablemente si no se hubiesen dado esas circunstancias hubiese sido un partido mucho más disputado. Debates aparte, lo cierto es que Argentina ha logrado superar todos los partidos disputados hasta ahora con gran eficiencia. Veremos si ante Alemania logran confirmarlo, pero lo que está claro es que la venganza de México tendrá que esperar.






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