Su polémica clasificación para el Mundial, lograda en la prórroga ante una selección de segunda como Irlanda del Norte y por gentileza del colectivo arbitral, dice todo del combinado francés. Se presenta bastante complicado que pueda repetir su papel en Alemania de hace cuatro años, y su devenir más bien parece reminiscente del bochorno de la Eurocopa de 2008, donde quedaron eliminados en primera fase. Ribery, Toulalan y Anelka parecen ser los únicos capaces de sustentar un equipo en horas más que bajas. Aunque ya se sabe que la apariencia no lo es todo.
Pese a la complejidad de su vida privada, con affaires de sobra conocidos que le han costado muy seguramente su fichaje por Real Madrid o Chelsea, lo cierto es que Franck Ribery es la autentica señal de identidad del combinado bleu. Desde el adiós de Zidane, la redención francesa le ha sido encomendada al rápido extremo del Bayern, que tratará por todos los medios redimirse de sus críticos y hacerse valer de su técnica con el balón para echarse al equipo a la espalda y devolverle al lugar que por historia merece. La tarea es complicada, muy muy difícil, pero en esto del fútbol no hay nada imposible. Y Ribery lo sabe mejor que nadie. Porque imposible también era hasta hace unos días su permanencia en Alemania.
El ausente
Ante el cada vez más evidente problema que se le plantea, Domenech parece haberse dado cuenta de la precaria situación y ha optado por cambiar radicalmente en ciertas zonas. No quiere jugadores indisciplinados, irregulares, y que revuelvan un ambiente ya de por sí turbio. Por ello ha dejado fuera a hombres como Samir Nasri, al que la prensa ha destrozado con impertinentes sobrevaloraciones, o Karim Benzemá, que vive un disidente calvario desde que decidió fichar por el Real Madrid en el pasado verano, y que había manifestado públicamente su malestar ante la preferencia del seleccionador por Nicolas Anelka. También destacarán las ausencias del meta Mickael Landreau, relevado a un papel terciario por la gran habilidad bajo palos de Lloris o Mandanda, el experimentado Patrick Vieira, que, pese a sus casi 34 años, continúa siendo un portento físico, el clásico David Trezeguet, resacoso desde hace ya bastantes años, el polivalente Julién Escudé, o el atribulado Lassana Diarrá, que se ha borrado del Mundial y que ha pasado en los últimos meses un funesto tormento al haber sido excluído casi al completo en el Real Madrid.
Entre la austeridad que reina en el senil combinado galo, cabe destacar la presencia de dos jugadores llamados a ser grandes revelaciones en el Mundial. Se trata del habilidoso extremo del Girondins de Burdeos Yoann Gourcuff, técnicamente perfecto y de calidad encomiable, y del delantero del Toulouse André-Pierre Gignac, todo un killer, de envidiable talento al buscar el gol. A sus 23 y 24 años respectivamente, están destinados a marcar las pautas de juego en su selección de aquí a unos añitos, si nadie lo impide. Muchos son quienes les asemejan a grandes clásicos del fútbol francés. Y no es para menos. Darán mucho que hablar. Cabe destacar por otro lado la gran habilidad de sus jóvenes guardametas. Tanto Lloris como Mandanda, adiestrados por la peripecia del tercer portero Cédric Carraso, estarán a buen seguro, entre los mejores porteros del mundo en un futuro no muy lejano. Su proyección asusta.
El punto flaco
La falta de confianza es el factor que viene martirizando al equipo desde hace varios años. En Francia, nadie cree realmente que pueda hacerse algo grande ni que se pueda ser considerada favorita. En los últimos años, el deporte se ha dejado bastante de lado, y de ello no se ha librado el fútbol, que vive su etapa más clandestina. Junto a ello están la falta de jovialidad o resolutividad, el hecho de que no haya vida más allá de Ribery, e incluso el escaso dinamismo de su juego. No es de extrañar por tanto que sea un equipo al que se le haya perdido ese atroz miedo y respeto de antaño por completo.
Las calificaciones de la bleu son las siguientes:
DEFENSAS
William Gallas (Arsenal, ING): 7
CENTROCAMPISTAS
DELANTEROS
Nicolas Anelka (Chelsea, ENG): 8
El entrenador
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