miércoles, 30 de junio de 2010

Octavos de final: Brasil 3-0 Chile. La 'Canarinha' se exhibe ante Chile

Brasil ya está en cuartos. La pentacampeona no cesa en su imparable camino hacia la reconquista de la Copa del Mundo, y sigue cumpliendo con las expectativas que indican que debe hacer grandes cosas en este invierno sudafricano. Su juego, aunque lejos de aquel jogo bonito de antaño, mejora constantemente conforme avanza la competición. Tras Corea del Norte, Costa de Marfil y el trámite ante Portugal, esta vez la víctima fueron los chilenos del ‘Loco’ Bielsa, una de las gratas sorpresas de la cita, que se habían plantado en octavos con seis puntos y un juego alegre y vistoso que a punto estuvo de meter en problemas al combinado español el pasado día 25.
Pero ante Brasil, y en unos octavos de final de un Mundial, las cosas cambian. Es otra historia. Ahí es donde comienza el torneo para la Canarinha, que se encuentra en su salsa en esta clase de partidos. Y más aún con el nuevo modelo de Dunga que, aunque criticado, es de una efectividad enorme.
Los brasileños salieron al campo muy intensos en defensa pero tranquilos, esperando a que llegase su oportunidad. Chile, al igual que frente a España, trató de tomar la iniciativa en esos primeros minutos de juego, pero con una gran diferencia a su favor: esta vez en punta se encontraba el peligroso Chupete Suazo, ya recuperado de su lesión, lo que añadía es pizca de presencia en ataque que le había faltado a los de Bielsa hasta entonces. Sin embargo, Brasil se mantuvo fiel a su nuevo estilo, agazapándose en los primeros compases del partido cerrando bien sus líneas en el centro del campo. Los chilenos no lograban penetrar en el sólido entramado defensivo brasileño y, pasado el primer cuarto de hora de juego, los de Dunga comenzaron a cambiar de actitud, buscando algo más la portería rival aunque sin demasiado peligro. El partido entonces ya empezaba a inclinarse hacia el lado que le gusta a la nueva Seleçao. Chile no tenia soluciones ante la presión brasileña, y Suazo se encontraba demasiado solo arriba como para poder crear el más mínimo peligro entre la sólida defensa comandada por Lucio.
Así, Brasil fue adelantando poco a poco sus líneas, aunque cediendo todavía la posesión de balón a los chilenos, esperando una contra mortal que encarrilara el partido. Las jugadas de peligro comenzaban a llegar, y en una de éstas, un córner botado de manera excepcional por Maicon, Juan anotó el primer gol del partido con un cabezazo inapelable que enmudeció el estadio por un momento.
La pentacampeona, sin hacer nada del otro mundo y con insultante facilidad, se adelantaba en el marcador, algo que resulta muchas veces clave en estos encuentros. Y así ocurrió.
Bielsa trataba de animar a sus jugadores, hundidos ante el gol brasileño, pero no sirvió de mucho. La Canarinha, crecida, es un martillo cuando está por encima, y apenas tres minutos después llegó el segundo, una contra de manual dirigida por Robinho y culminada por Luis Fabiano, que encarrilaba el pase a la siguiente ronda. Los chilenos observaban, atónitos, como el partido y el torneo se les escapaban de las manos sin poder hacer nada por evitarlo. Ni el genial Bielsa encontraba soluciones con las que intentar dar la vuelta al partido. Es lo que tiene la nueva Selección brasileña, un conjunto extremadamente efectivo y constante, muy difícil de batir y capaz de resolver un partido en dos contraataques.
Así, sin desplegar un juego excesivamente brillante o atractivo, los de Dunga se retiraban a los vestuarios con un 2-0 que dejaba los cuartos prácticamente a tiro.
Mientras tanto, los chilenos, dominadores del partido, veían abrumados como su sueño se esfumaba sin apenas darse cuenta.
El ‘Loco’ realizó cambios ofensivos para tratar de mejorar el equipo y cambiarle la cara al partido, manteniendo en el campo al desaparecido Suazo e introduciendo al incisivo Valdivia y al peligroso Paredes. Chile mostró entonces su cara más directa, con Sánchez y el mencionado Valdivia muy activos arriba. Pero la seguridad de Lucio y Juan (con la inestimable ayuda del rejuvenecido Gilberto Silva) y los reflejos de Julio César, el mejor portero del campeonato, permitieron a Brasil completar el trámite de los segundos cuarenta y cinco minutos sin mayores problemas.
Además, y como no podía ser de otra manera, cuando más ‘achuchaba’ Chile, Robinho, Kakà y compañía se encargaron de ‘matar’ definitivamente el partido con otra contra de libro que finalizó el díscolo ex jugador del Madrid, una de las grandes estrellas del torneo.
Así pues, 3-0 ante un equipo, el chileno, que, a pesar del resultado, se despide del torneo con la cabeza alta y la sensación de poder haber hecho algo más. Pero enfrente tenia a la apisonadora de Dunga, un equipo temible que ya se ha convertido en el máximo favorito a ganar el Mundial y que espera a Holanda en el que será, con permiso del Argentina – Alemania, el gran partido de cuartos de final. No se lo pueden perder.

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