UNA X UNA: GRUPO H: El optimismo pinta de rojo

Motivada por el aliciente que supone el sumar una única derrota en los últimos casi cuatro años, la selección española se presenta como un bloque dinámico, perseverante, sólido y maestro del toque mágico, celestial, rápido y eficaz, como uno de los equipos elegidos a estar en la gran final del próximo 11 de Julio en Johannesburgo.

¿Cómo llega?

La roja está atravesando por un momento excelente. Tras la derrota sufrida hace poco menos de un año ante Estados Unidos en la Copa Confederaciones, el combinado campeón de Europa en 2008 se ha hecho más fuerte, impregnándose de humildad, y ha sabido volver por sus fueros a la senda del éxito. Piqué, Silva, Ramos o Busquets se han consagrado cómo sendos líderes pese a su juventud, adiestrados por los Xavi, Casillas, Puyol o Villa, y sirviendo ahora de ejemplo a las generaciones venideras. En la selección no tiene cabida nada que pueda perturbar el ánimo conjunto ni tampoco inestabilizar un grupo sólido y compacto que comenzó a incubarse con la exclusión de Raúl de la selección hace no tanto tiempo.

La estrella

Sería algo insultante hablar de un jugador en concreto en el combinado español. La calidad es colectiva, unificada. Las habilidades de unos compensan las carencias de otros. Busquets y Xabi Alonso dirigen, Xavi, Iniesta y Silva reparten, y Villa y Torres ya se sabe, aderezado todo ello por el galvánico desparpajo de Juanma Mata, Pedro Rodriguez o Jesús Navas, la salida del balón de Piqué o la excelencia de Casillas. Verles jugar es toda una delicia.

El líder

En una selección en la que todos se solidarizan y se entienden, sin fisuras, sin malos rollos, sin impurezas, cabe destacar el mando de dos hombres sobre el resto: el del capitán Iker Casillas, todo un cerrojo bajo palos y muy posiblemente el mejor portero del mundo, y el defensa del Barcelona Carles Puyol, sobrado portento, y que aleccionarán a los suyos de cara al campeonato para que los nervios no jueguen su maltrecho papel.

El ausente

La gran pega del combinado español es el hecho de únicamente tener 23 hombres a inscribir. Las plazas son muy limitadas, y la demanda demasiado amplia. La eficiencia de la campaña para que Valdés terminase incluído ha damnificado a guardametas de la talla de Diego López, David de Gea, o Andrés Palop, con sobradas opciones a estar en Sudáfrica. Además, la inclusión de Marchena en la zaga se ha impuesto a la eficacia de joviales talentos como Carlos Cuéllar, Alexis Ruano o Álvaro Domínguez. Pero sobre todo, la roja echará de menos a dos hombres, a Marcos Senna, fundamental en el centro del campo por su habilidad recuperadora y distribuidora, soporte del éxito de la pasada Eurocopa, y al punta jerezano Dani Güiza, de cuyos goles y capacidad para crear vestuario se ha nutrido la selección durante un largo periplo, con permiso de otros como Santi Cazorla o Álvaro Negredo, también desechados por Vicente del Bosque.

Ojito con...

En los últimos tiempos, en la roja están comenzando a brotar nuevos talentos llamados a ser claves en el futuro. Ya les tocó el turno para eclosionar a Villa, Torres, Piqué o Cazorla, y ahora es el momento de Jesús Navas. El extremo del Sevilla goza de una diestra envidiable, y tras haber superado esos problemas de ansiedad que le impedían hacerse un hueco en el bloque, Vicente cuenta con él ciegamente como claro referente. Su velocidad y destreza están al alcance de muy pocos privilegiados. De muy, muy poquitos. Habrá que seguirle con lupa.

El punto flaco

Las intrincadas maniobras de los mass-media no contribuyen para nada al mantenimiento de la solidez del bloque. Sobrepasasando una vez más los límites de la profesionalidad, los medios de comunicación han generado un anodino debate en torno a la portería, que únicamente puede servir para truncar los ánimos del portero titular y capitán tanto en la selección cómo en el Real Madrid, Iker Casillas. No cabe duda del talento bajo palos de Valdés y Reina, pero no se puede especular sobre algo incierto y que no tiene otra salida que la confusión más inmoral.

Valoración experta

Estas son las calificaciones de la selección española:

PORTEROS

Iker Casillas (Real Madrid, ESP): 10

Victor Valdés (Barcelona, ESP): 8

José Manuel Reina (Liverpool, ESP): 8

DEFENSAS

Joan Capdevila (Villarreal, ESP): 7

Raúl Albiol (Real Madrid, ESP): 8

Alvaro Arbeloa (Real Madrid, ESP): 7

Sergio Ramos (Real Madrid, ESP): 8

Gerard Piqué (Barcelona, ESP): 9

Carles Puyol (Barcelona, ESP): 9

Carlos Marchena (Valencia, ESP): 6

CENTROCAMPISTAS

Sergio Busquets (Barcelona, ESP): 8

Xavi Hernández (Barcelona, ESP): 10

Andrés Iniesta (Barcelona, ESP): 9

Xabi Alonso (Real Madrid, ESP): 8

Javi Martínez (Athletic de Bilbao, ESP): 7

Cesc Fábregas (Arsenal, ING): 8

David Silva (Valencia, ESP): 9

DELANTEROS

Fernando Llorente (Athletic de Bilbao, ESP): 7

Jesús Navas (Sevilla, ESP): 8

Pedro Rodríguez (Barcelona, ESP): 8

David Villa (Barcelona, ESP): 9

Juan Manuel Mata (Valencia, ESP): 8

Fernando Torres (Liverpool, ING): 9

El pronóstico

Salvo un obsoleto contratiempo, la roja debería sellar sin problema alguno su pase a Octavos. Su grupo, con Chile, Suiza y Honduras, es engañoso pero asequible. El problema está en que en Octavos se mediría a una de las involucradas en el llamado grupo de la muerte, léase Brasil, Portugal o Costa de Marfil, con el permiso de Corea del Norte. En cualquier caso, debería estar entre las favoritas al triunfo final. Para ello, el bloque habrá de ser cauto, serio, y sobre todo, tendrá que estar correctamente motivado en todo momento.

El entrenador

Tras una trayectoria de lo más encomiable tanto de jugador cómo de entrenador, Vicente del Bosque recibió el relevo del maestro Luis Aragonés tras la consecución de la pasada Eurocopa. En ese tiempo, han cambiado ciertos aspectos puntuales dentro de la selección, pero Vicente ha sabido mantener la calma, la prudencia, el buen juego y sobre todo, la atmósfera ganadora, con la que no pudo ni siquiera la derrota en las semifinales de la Copa Confederaciones del pasado año. Vicente ha forjado junto a los chavales un ambiente de lo más optimista, que, si el positivismo no lo impide, volverá a hacernos soñar. Una vez más.