miércoles, 23 de junio de 2010

UNA X UNA: Bielsa y once más

No es ningún secreto que la selección chilena de fútbol sigue al detalle la pauta que marca su entrenador, el argentino Marcelo Bielsa. Nombrado seleccionador en Agosto del 2007, Bielsa ha conseguido hacer de su equipo un bloque integrado, en el que reina el buen ambiente y el envidiable toque maestro, y al que ha llevado él solito al 18º puesto del ránking FIFA. De récord.




¿Cómo llega?



La otra roja está atravesando por su particular momento de resurrección. Y es que tras el bronce cosechado en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, el combinado chileno cayó en desgracia. El progresivo adiós a la selección de hombres como Marcelo Vega, Iván Zamorano o Marcelo Salas extrapoló en sendos bochornos, como los recabados en las respectivas Copas América de 2001, 2004 y 2007, o en las fases clasificatorias para los Mundiales de Corea y Japón 2002 y Alemania 2006. El equipo parecía hundirse hasta puntos insospechados, pero entonces llegó Bielsa, con ese maravilloso tacto que ya le hizo grande con la selección argentina y que le evoca como uno de los mejores técnicos del mundo. Devolvió las ganas, el pundonor y la fe a un sentir totalmente descarriado para recobrar el reconocimiento internacional y conseguir la clasificación para Sudáfrica. Los amistosos de preparación también lo han aseverado. Ésta Chile es otra.


La estrella


Siempre y cuando le apetezca y su temperamento no se lo impida, el centrocampista Jorge, El Mago Valdivia está llamado a ser el auténtico director de orquesta del equipo. Su destreza con el balón es encomiable, su capacidad para destacar tanto en el centro del campo como en la mediapunta, soberbia, su visión, única, y sus dotes de mando, vitales. En cambio, su afán por recrearse en la mala vida, la fiesta desenfrenada y sus confesas broncas le han martirizado quizás demasiado duramente. Por ello, no es de extrañar que su deplorable irregularidad supere en ocasiones su habilidad con el esférico. Últimamente parece estar asentando la cabeza. De ello dependerá en gran medida el futuro chileno en la competición.


El líder


No hay mejor líder para un combinado que su capitán. Que su hombre más disciplinado, más motivador, más seguro. Más convincente. En el combinado chileno, esta responsabilidad recae en su guardameta, el portero de la Real Sociedad Claudio Bravo, auténtico portento y valladar del bloque y considerado, junto al brasileño Julio César, el mejor portero del continente americano. Dirige, ordena y coloca a sus hombres con una destreza pasmosa. Destila seguridad y confianza de pies a cabeza. Y no es para menos.


El ausente


Marcelo Bielsa no se ha dejado aplacar por la actitud punzante de la prensa chilena, pionera de una funesta campaña para la reinserción en el combinado de hombres talentosos y con peso en el combinado como son el correoso mediapunta del Flamengo Claudio Maldonado o el jovial centrocampista Luis Jiménez, y ha preferido seguir apostando por la tenacidad y perseverancia que aseguran ese bloque que con tanto mimo ha logrado formar, y en el que tampoco parece tener cabida, para desconcierto generalizado, el joven meta Cristopher Toselli, que a sus 22 años, pese a haberse convertido en todo un fijo en las convocatorias de Bielsa hasta la fecha, se quedará en la cuneta en beneficio del veterano Luis Marín, circunstancia similar a la sucedida con el lateral Roberto Cereceda, que tampoco será de la partida.




Ojito con...

La selección chilena contará con diversos flancos abiertos a seguir. Por un lado, habrá que observar hasta dónde puede llegar la habilidad goleadora del Chupete Suazo, exponente mayoritario de la salvación final del Zaragoza, o del talentoso extremo del Udinese Alexis Sánchez, mientras que por otro, será preciso comprobar si, de una vez por todas, hombres cómo Matías Fernández o Mark González pueden llevar a cabo su eclosión definitiva. Además, el Mundial será el momento perfecto para que se dejen ver los grandes jóvenes valores chilenos, léase Mauricio Isla o Jean Beausejour. Mucho cuidadito con ellos.


El punto flaco


En numerosas ocasiones, al combinado de Bielsa le traiciona la ansiedad y el nerviosismo. Ese anhelo tan constante como intranquilo por mantener el resultado o anotar un tanto. Sobre todo, cuando con el transcurrir del juego, el cansancio comienza a hacer mella. El elenco chileno deberá aprender a controlar su carácter si quiere hacer algo grande en la competición.



Valoración experta


El grupo de redactores de la página ha calificado a Chile del siguiente modo:



PORTEROS

Claudio Bravo (Real Sociedad, ESP): 7
Miguel Pinto (Universidad, CHI): 6
Luis Marín (Unión Española, CHI): 6

DEFENSAS

Pablo Contreras (PAOK, GRE): 6
Ismael Fuentes (CD Universidad Católica, CHI): 6
Gary Medel (Boca Juniors, ARG): 7
Gonzalo Jara (West Bromwich, ING): 7
Waldo Ponce (CD Universidad Católica, CHI): 6
Arturo Vidal (Bayer Leverkusen, ALE): 6

CENTROCAMPISTAS

Carlos Carmona (Reggina, ITA): 7
Mauricio Isla (Udinese, ITA): 8
Marco Estrada (Universidad, CHI): 6
Matías Fernández (Sporting Lisboa, POR): 7
Gonzalo Fierro (Flamengo, BRA): 7
Rodrigo Millar (Colo-Colo, CHI): 6
Rodrigo Tello (Besiktas, TUR): 6
Jorge Valdivia (Al-Ain, EAU): 8

DELANTEROS

Jean Beausejour (América, MEX): 7
Mark González (CSKA de Moscú, RUS): 7
Fabián Orellana (Udinese, ITA): 7
Esteban Paredes (Colo-Colo, CHI): 7
Alexis Sánchez (Udinese, ITA): 8
Humberto Suazo (Monterrey, MEX): 7


El pronóstico


Si el decurso del grupo es el esperado, Chile está llamada a disputarse el segundo puesto del grupo con la incombustible Suiza, toda vez que, España ocuparía el primer lugar. Pero en esto del fútbol es sabido de sobra que las cosas pueden dar muchas vueltas.




El entrenador

Marcelo Bielsa ha cambiado por completo la cara al equipo chileno. La nación ahora se arquea en un positivismo más que esperanzador, adulando sin tapujos al hombre que les ha llevado a un juego directo, sencillo, bonito y encomiable. Al pionero del resurgir chileno, al mismo hombre que les está guiando correctamente hacia una grandeza venidera. Sus chicos confían y creen en él a todos los efectos. El país, igual. Y no es para menos.

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